Para inaugurar el blog de “El espejo de Ana” qué mejor que contaros por qué se llama así este proyecto ¿No creéis que va siendo hora?
Pues bien, empezaré por el principio:
En junio de 2015 me doctoré (en la foto podéis ver mi cara de nerviosismo minutos antes de leer mi tesis delante del tribunal). Mi tesis fue sobre cómo ha tratado la diversidad funcional el cine español, nuestro cine (si os interesa el tema decídmelo en los comentarios y haré una entrada en este blog sobre ello). Cinco añitos de nada me llevó terminarla, casi nada, pero lo conseguí.Fui la primera persona con diversidad funcional en doctorarse en la Universidad Jaume I de Castellón.
Ya era doctora, ¿y ahora qué? Bueno, el título queda muy bien colgado en una pared de mi despacho, mola mucho cuando en una conferencia te presentan como la doctora Senent, tu familia está orgullosa de ti… Pero ya está. Aunque quizás lo más importante de haberme doctorado sea, como me dijo un día de bajón una buena amiga: que si he sido capaz de terminar y leer una tesis, soy capaz de llevar a cabo cualquier otro proyecto. Así que gracias amiga por abrirme los ojos.
Bien, pues el caso fue que durante mi investigación me di cuenta que sí, había un montón de bibliografía sobre diversidad funcional. Pero si alguien me preguntaba por un libro básico que le aclarase los aspectos más relevantes de la diversidad funcional, no conocía ninguno. Y mira que había buscado ¡Eh! Le recomendaba siete u ocho libros para que se hiciera una idea general.
Así, que ni corta ni perezosa, me dije que ese libro tenía que existir. Es decir, lo tenía que escribir. Pero oye, un libro sobre los aspectos básicos de la diversidad funcional… vaya coñazo (con perdón). Y no me decidía a escribirlo.
Hasta que un día mirando una de las estanterías del comedor vi “El mundo de Sofía”. Uno de mis libros preferidos. Y me dije: ¿Y si Sofía explicaba la historia de la filosofía entremezclándola con una historia, no podría hacer yo lo mismo con la diversidad funcional? ¡¡¡Sí!!! Hasta tengo buenas ideas y todo a veces…
Pero… ¿El mundo de Marta? Yo no quiero contar mi historia. Bueno sí, pero no del todo ¿Qué hago? Si tuviera una hija le llamaría Ana ¿El mundo de Ana? No, no me gusta el mundo. Me gustaría que la gente que lea el libro se mirase en el espejo de Ana, el espejo de una mujer con diversidad funcional. ¡Ana te presta su espejo! ¿Qué has dicho mamá? ¡Ana te presta su espejo, he dicho! Me gusta mucho. Así se queda el título pues. Gracias Mamá, como siempre.
Pues de este modo fue cómo surgió tanto la idea de hacer el libro como la del título. El libro lo publiqué en marzo de 2016, bajo el sello de ACEN, mi pequeña editorial (sí, mi editorial, otro día os contaré esa historia). Y la verdad es que no me puedo quejar, estoy muy contenta con él.
Bueno, pues ya tengo mi libro y ya he llegado con su mensaje a muchísima gente, más que la que imaginé. Pero… yo quiero que este libro se convierta en un proyecto. Un proyecto que aporte su granito de arena en el largo camino de normalizar la diversidad funcional y que a la vez pueda ayudar a que ésta no suponga un freno para ninguna persona. Pues… ya está “El espejo de Ana”. Toma ya. Lógico ¿No?
Así que nada, esta es la historia….
Y a ti, ¿te gusta el nombre que le he puesto al proyecto? ¿Te gusta la idea de El espejo de Ana? Me encantaría saber tu opinión.
Nos vemos en unos días con un post nuevo.
Sígueme en facebook o instagram para no perderte ninguna de mis locuras: @Elespejodeana
¡Ah! Y si quieres conocer el origen de todo este tinglado, aquí te dejo el enlace: ANA
